En la Biblia, la palabra «testamento» se utiliza de diferentes maneras, pero en general se refiere a un pacto o acuerdo establecido entre Dios y su pueblo. A continuación, se presentan algunos ejemplos que ilustran su significado:

Pacto con Abraham

En Génesis 17:7, Dios establece un pacto con Abraham y su descendencia, prometiéndoles ser su Dios y darles la tierra de Canaán como posesión perpetua. Este pacto es considerado como un «testamento» o acuerdo inquebrantable entre Dios y su pueblo elegido.

Pacto con Moisés

En Éxodo 34:27-28, después de que los israelitas adoraron al becerro de oro, Dios renueva su pacto con Moisés y el pueblo de Israel. Este pacto, conocido como la Ley o los Diez Mandamientos, establece las reglas y los mandamientos que el pueblo de Israel debe seguir para ser bendecidos y vivir en comunión con Dios. Este pacto también puede ser considerado como un «testamento» de la voluntad divina para su pueblo.

Pacto a través de Jesús

En el Nuevo Testamento, Jesús establece un nuevo pacto o «testamento» a través de su muerte y resurrección. En Lucas 22:20, Jesús instituye la Santa Cena y dice: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros». Este nuevo pacto ofrece salvación y reconciliación con Dios a través de la fe en Jesús, y es considerado como el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la palabra «testamento» se utiliza en la Biblia para referirse a los pactos y acuerdos establecidos entre Dios y la humanidad. A lo largo de las Escrituras, podemos encontrar más referencias y ejemplos que nos ayudan a comprender su significado completo y su importancia en la relación entre Dios y su pueblo.

 

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