Según la Biblia, el término «fariseo» se refiere a un grupo religioso judío que existió durante el tiempo de Jesús. A continuación, se presentan algunos ejemplos bíblicos que ofrecen una visión más clara sobre el significado de este término:
Ejemplo 1: Mateo 23:23 (Nueva Versión Internacional)
En este pasaje, Jesús critica a los fariseos por enfocarse en los aspectos externos de la religión, como el diezmo, mientras descuidan la justicia, la misericordia y la fe: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, pero descuidáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe.»
Ejemplo 2: Lucas 18:10-14 (Reina-Valera 1960)
En esta parábola, Jesús relata la historia de dos hombres que subieron al templo a orar, uno de ellos un fariseo. A través de esta historia, se muestra cómo el fariseo se enorgullece de su supuesta rectitud y menosprecia a los demás: «El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano.»
Ejemplo 3: Hechos 23:6-9 (La Biblia de las Américas)
En este pasaje, el apóstol Pablo se presenta ante el Sanedrín, el consejo judío, y dice: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos soy juzgado». Aquí vemos que Pablo se identifica como fariseo y resalta su creencia en la resurrección de los muertos, que era un punto de controversia con otros grupos judíos.