En la Biblia, el término «peregrino» se utiliza para describir a aquellos individuos que viajan o se desplazan a lugares sagrados o en busca de una experiencia espiritual. A lo largo de las Escrituras, encontramos varios ejemplos de peregrinos y sus motivaciones para emprender estos viajes. A continuación, examinaremos algunos de estos ejemplos para comprender mejor qué es un peregrino según la Biblia.
Ejemplo 1: Abraham
Uno de los primeros ejemplos de un peregrino en la Biblia es Abraham. En Génesis 12:1-4, Dios le dice a Abraham: «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré». Abraham obedeció y se convirtió en un peregrino, dejando su hogar y viajando hacia la tierra prometida por Dios. Su viaje simboliza la fe y la confianza en Dios, y su disposición para dejar todo atrás en busca de la voluntad divina.
Ejemplo 2: Los peregrinos a Jerusalén
En el Antiguo Testamento, se menciona repetidamente a los peregrinos que se dirigían a Jerusalén para celebrar las festividades religiosas. Por ejemplo, en Salmos 122:1-2, el salmista dice: «Me alegré con los que me decían: ‘Vamos a la casa de Jehová’. Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, Jerusalén». Estos peregrinos viajaban a Jerusalén desde diferentes regiones para adorar a Dios y participar en los rituales sagrados. Sus viajes eran una muestra de devoción y búsqueda de la presencia divina.
Ejemplo 3: El peregrinaje a Belén
En el Nuevo Testamento, encontramos el relato del peregrinaje de María y José a Belén. Según Lucas 2:4-5, José y María viajaron desde Nazaret a Belén para cumplir con el censo ordenado por el emperador romano. Este viaje no solo fue físico, sino también espiritual, ya que María estaba embarazada de Jesús, el Hijo de Dios. Su peregrinaje a Belén es un ejemplo de obediencia y cumplimiento de las leyes terrenales, pero también representa el inicio de un viaje espiritual que cambiaría la historia de la humanidad.
