La Biblia, como libro sagrado para los cristianos, ofrece enseñanzas y orientación en diferentes aspectos de la vida, incluyendo el tema de los médiums. Según los contenidos de la Biblia, un médium se refiere a una persona que busca comunicarse con los espíritus o entidades sobrenaturales. A continuación, exploraremos qué nos dice la Biblia acerca de los médiums.

Ejemplo 1: Levítico 19:31

En Levítico 19:31 de la Biblia se encuentra una advertencia clara sobre evitar a los médiums y espiritistas: «No os volváis a los médiums ni a los espiritistas; no los consultéis, contaminándoos por ellos. Yo soy el Señor vuestro Dios». Esta cita muestra cómo la Biblia desaconseja buscar la ayuda de médiums y espiritistas, advirtiendo sobre las posibles consecuencias negativas.

Ejemplo 2: Deuteronomio 18:10-12

Deuteronomio 18:10-12 también proporciona una perspectiva sobre los médiums: «No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni médium, ni espiritista, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas». Aquí, se menciona específicamente a los médiums como parte de prácticas abominables y prohibidas por Dios.

Ejemplo 3: 1 Samuel 28:7-20

1 Samuel 28:7-20 relata el episodio en el que el rey Saúl consulta a una médium en busca de orientación divina. Aunque este pasaje muestra una experiencia relacionada con un médium, también deja en claro que esta práctica no está aprobada por Dios. En este caso, la médium invoca al espíritu del profeta Samuel, lo cual sorprende tanto al rey Saúl como a la propia médium.

En conclusión, la Biblia es clara en cuanto a su postura sobre los médiums. A través de los ejemplos mencionados y otros pasajes, se evidencia que la práctica de buscar comunicarse con espíritus o entidades sobrenaturales es desaconsejada y considerada abominable por Dios. Es importante que los creyentes se guíen por las enseñanzas bíblicas y eviten involucrarse en prácticas que se oponen a los principios y valores cristianos.

 

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