En la Biblia, un intercesor es alguien que se coloca en medio para mediar o interceder por otras personas ante Dios. Este rol de intercesor se encuentra presente en varias ocasiones a través de los textos bíblicos, mostrando la importancia y el poder de la intercesión en la relación entre Dios y los seres humanos.
Ejemplo 1: Moisés intercede por el pueblo de Israel
Un ejemplo claro de intercesión se encuentra en el libro de Éxodo, donde Moisés intercede ante Dios en nombre del pueblo de Israel. Después de que el pueblo pecara al adorar un becerro de oro, Dios estaba enfurecido y deseaba destruirlos. Sin embargo, Moisés intercede fervientemente por el pueblo y ruega a Dios que les perdone. Como resultado de su intercesión, Dios decide no destruir al pueblo (Éxodo 32:11-14).
Ejemplo 2: Jesús como intercesor entre Dios y los hombres
En el Nuevo Testamento, Jesús es presentado como el intercesor perfecto entre Dios y los seres humanos. El libro de Hebreos afirma que Jesús, como Sumo Sacerdote, intercede constantemente por nosotros ante el trono de Dios (Hebreos 7:25). Además, en el Evangelio de Juan, Jesús ora por sus discípulos y por todos aquellos que creerán en Él a través de su palabra (Juan 17:20-21).
Ejemplo 3: El Espíritu Santo intercede por nosotros
Otro ejemplo de intercesión se encuentra en el apóstol Pablo, quien enseña que el Espíritu Santo también intercede por nosotros. En su carta a los Romanos, Pablo afirma que el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos indecibles cuando no sabemos cómo orar correctamente (Romanos 8:26-27). Esto demuestra cómo el Espíritu Santo desempeña un papel activo en la intercesión y nos ayuda en nuestra relación con Dios.