https://youtu.be/D3Q_02-JLk4
En la Biblia, un escriba es un término utilizado para referirse a un grupo de personas que desempeñaban un papel importante en la sociedad hebrea antigua. Los escribas eran expertos en la ley y en la escritura, y su labor consistía en copiar y preservar los textos sagrados, así como en interpretar y enseñar la ley a la comunidad. A través de su trabajo, los escribas contribuyeron significativamente a la transmisión y preservación de la palabra de Dios.
Ejemplo 1: Éxodo 7:10-12
Un ejemplo de la labor de un escriba se encuentra en el libro de Éxodo, donde se relata la historia de Moisés y Aarón enfrentándose a los magos del faraón en Egipto. En este pasaje, se menciona que los magos también eran capaces de realizar prodigios y «lanzaron cada uno su vara, las cuales se volvieron serpientes». Sin embargo, Aarón lanzó su vara delante del faraón y «se volvió serpiente». Este acto de Aarón muestra el poder y la sabiduría que los escribas poseían al utilizar la escritura y los conocimientos de la ley.
Ejemplo 2: 2 Crónicas 34:13-15
Otro ejemplo de la importancia de los escribas se encuentra en 2 Crónicas, donde se describe el reinado del rey Josías en Judá. Durante su reinado, Josías ordenó la reparación del templo de Dios. En el proceso de restauración, se encontró el libro de la ley de Dios en el templo. El rey envió al sumo sacerdote Hilcías y a los escribas para que consultaran al Señor acerca del libro encontrado. Este pasaje muestra cómo los escribas eran consultados para interpretar y comprender la palabra de Dios, y cómo su conocimiento era esencial para la vida religiosa y espiritual del pueblo.
Ejemplo 3: Mateo 23:2-3
En el Nuevo Testamento, Jesús también hace referencia a los escribas. En el evangelio de Mateo, Jesús advierte a sus discípulos y a la multitud acerca de los escribas y fariseos, diciendo: «Los escribas y los fariseos se sientan en la cátedra de Moisés. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen». En esta ocasión, Jesús reconoce la autoridad y conocimiento de los escribas, pero también critica su hipocresía y falta de coherencia entre sus enseñanzas y sus acciones.
