En la Biblia, un conjuro se refiere a la acción de pronunciar palabras o frases con el propósito de invocar poderes sobrenaturales o influir en la realidad. Sin embargo, la Biblia desaprueba y prohíbe el uso de conjuros y prácticas relacionadas con la magia y la brujería. A lo largo de sus diferentes versiones, encontramos varios pasajes que nos permiten entender la visión de la Biblia sobre los conjuros.

1. Deuteronomio 18:10-12

En el libro de Deuteronomio, encontramos un pasaje que condena explícitamente el uso de conjuros y prácticas mágicas: «Que no se encuentre en medio de ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas» (Deuteronomio 18:10-12, versión RV1960).

2. Gálatas 5:19-21

En el libro de Gálatas, encontramos una lista de obras de la carne que incluye la idolatría, brujería y hechicería, entre otros: «Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios» (Gálatas 5:19-21, versión RV1960).

3. Hechos 19:19

En el libro de Hechos, encontramos un relato en el cual los creyentes que habían practicado la brujería trajeron sus libros de conjuros y los quemaron públicamente como un acto de arrepentimiento y renuncia a estas prácticas: «Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo, muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata» (Hechos 19:19, versión RV1960).

Estos ejemplos muestran claramente que la Biblia considera los conjuros y las prácticas relacionadas con la magia como pecaminosas y desagradables a los ojos de Dios. Los creyentes son llamados a renunciar a estas prácticas y buscar la guía y protección divina en lugar de confiar en poderes sobrenaturales.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *