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La Biblia es una fuente de sabiduría y guía para millones de personas en todo el mundo. En sus diferentes versiones, encontramos enseñanzas y principios que nos ayudan a entender cómo vivir una vida plena y en armonía con Dios. Uno de los conceptos clave que se mencionan en la Biblia es el de sujetarse. A continuación, exploraremos qué significa sujetarse según la Biblia y cómo podemos aplicarlo en nuestra vida diaria.
1. Sujetarse a la autoridad
La Biblia nos enseña a sujetarnos a la autoridad establecida. En Romanos 13:1-2 se nos dice: «Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos». Esta enseñanza nos insta a respetar y obedecer a las autoridades en nuestras vidas, ya sean gobiernos, líderes religiosos o figuras de autoridad en nuestras familias y comunidades.
2. Sujetarse a Dios
La Biblia también nos enseña a sujetarnos a Dios. En Santiago 4:7 se nos dice: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros». Esto significa que debemos reconocer la soberanía de Dios en nuestras vidas y someternos a Su voluntad. Sujetarse a Dios implica confiar en Él, seguir Sus mandamientos y buscar Su guía en todas las áreas de nuestra vida.
3. Sujetarse a los demás
Además, la Biblia nos anima a sujetarnos a los demás. En Efesios 5:21 leemos: «Someteos unos a otros en el temor de Dios». Esto implica practicar el amor, el respeto y la humildad en nuestras relaciones con los demás. Al sujetarnos a los demás, reconocemos el valor y la importancia de cada persona, y buscamos el bienestar y la armonía en nuestras interacciones.
En resumen, sujetarse según la Biblia implica someterse a la autoridad, a Dios y a los demás. Esto no significa ser pasivos o sometidos sin cuestionar, sino reconocer que hay un orden establecido por Dios y buscar vivir en armonía con él. Al sujetarnos, mostramos obediencia, respeto y amor hacia Dios y hacia nuestros semejantes.