Según los escritos bíblicos, predicar es un acto de comunicar y proclamar la palabra de Dios a otros. Es una tarea importante en la vida de los creyentes y se considera una forma de compartir las enseñanzas divinas con el prójimo. A través de la predicación, se busca transmitir el mensaje de salvación y exhortar a las personas a vivir de acuerdo con los principios y mandamientos establecidos en la Biblia.

1. Mateo 4:17

En el evangelio de Mateo, Jesús comienza su ministerio público con el siguiente mensaje: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado». Esta declaración de Jesús muestra que predicar implica llamar a las personas al arrepentimiento y a someterse al reino de Dios. La predicación tiene como objetivo principal invitar a las personas a cambiar de actitud y a vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.

2. Hechos 2:38

En el libro de los Hechos de los Apóstoles, Pedro predica en el día de Pentecostés y dice: «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados». Aquí vemos que la predicación también está relacionada con el llamado al bautismo como símbolo de aceptación de Jesucristo y de perdón de los pecados. Predicar, por lo tanto, implica transmitir la importancia de la fe en Cristo y la necesidad de recibir su salvación a través del bautismo.

3. 2 Timoteo 4:2

En esta carta de Pablo a Timoteo, encontramos una instrucción directa sobre la predicación: «Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina». Aquí se nos muestra que la predicación debe ser constante y perseverante, y debe abordar diferentes aspectos como la corrección, la exhortación y la enseñanza de la doctrina bíblica. Además, se resalta la importancia de la paciencia al predicar, ya que no siempre se obtendrán resultados inmediatos.

 

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