La herejía, según la Biblia, se refiere a un concepto doctrinal que va en contra de las enseñanzas y principios establecidos en las escrituras sagradas. La palabra «herejía» proviene del griego «hairesis», que significa «elección» o «selección». En el contexto bíblico, se utiliza para denotar una desviación de la verdad revelada por Dios.
Ejemplo 1: 1 Timoteo 4:1
En la primera epístola de Timoteo, capítulo 4, versículo 1, se menciona: «Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios». Esta referencia bíblica nos advierte sobre la presencia de enseñanzas falsas que pueden llevar a la herejía.
Ejemplo 2: 2 Pedro 2:1
En la segunda epístola de Pedro, capítulo 2, versículo 1, se menciona: «Pero también hubo falsos profetas entre el pueblo, así como habrá falsos maestros entre ustedes. Ellos introducirán encubiertamente herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró, atrayendo sobre sí mismos una destrucción repentina». Aquí se destaca la existencia de falsos maestros y la propagación de enseñanzas heréticas que pueden conducir a la perdición.
Ejemplo 3: Gálatas 1:8-9
En la epístola a los Gálatas, capítulo 1, versículos 8 y 9, se menciona: «Pero si aun nosotros mismos o un ángel del cielo les predicara un evangelio contrario al que les hemos predicado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también lo repito ahora: Si alguno les predica un evangelio contrario al que ustedes recibieron, sea anatema». Aquí se resalta la importancia de mantenerse fieles a las enseñanzas originales y no aceptar doctrinas que contradigan el mensaje de salvación entregado por los apóstoles.