La duda es un concepto que se menciona en varios pasajes de la Biblia, y su significado puede variar dependiendo del contexto en el que se utilice. A lo largo de los diferentes libros bíblicos, encontramos referencias a la duda desde una perspectiva tanto positiva como negativa. A continuación, exploraremos algunos ejemplos donde se aborda este tema en la Biblia.

Ejemplo 1: La duda de Tomás

En el Evangelio de Juan, se relata el episodio de la duda de Tomás, uno de los discípulos de Jesús. Después de la resurrección de Jesús, Tomás expresó su escepticismo y duda al no estar presente en el momento en que Jesús se apareció a los otros discípulos. Sin embargo, cuando Jesús se mostró a Tomás y le permitió ver y tocar sus heridas, Tomás exclamó: «¡Señor mío y Dios mío!» (Juan 20:28). Este episodio muestra cómo la duda puede llevar a una mayor comprensión y fortalecimiento de la fe.

Ejemplo 2: La duda de Juan el Bautista

Otro ejemplo de la duda en la Biblia se encuentra en el Evangelio de Mateo. Juan el Bautista, quien había predicado sobre la llegada del Mesías, envió a sus discípulos a preguntar a Jesús si realmente era el esperado. Jesús respondió a los discípulos de Juan mostrándoles sus obras y declarando: «Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les anuncia el evangelio» (Mateo 11:5). Esta respuesta muestra cómo la duda puede ser respondida y disipada por medio de las obras y el testimonio de Jesús.

Ejemplo 3: La duda de Pedro

En el Evangelio de Mateo, también encontramos la duda de Pedro mientras caminaba sobre el agua hacia Jesús. Cuando Pedro vio el viento fuerte, comenzó a dudar y empezó a hundirse. Sin embargo, Jesús extendió su mano y lo salvó, diciendo: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?» (Mateo 14:31). Este episodio demuestra cómo la duda puede debilitar la fe y la confianza en Dios, pero también resalta la importancia de mantener los ojos puestos en Jesús para superarla.

 

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