La vaca roja es mencionada en la Biblia en el libro de Números, capítulo 19. Esta vaca especial tiene un significado simbólico y se utiliza para realizar rituales de purificación en el antiguo Israel. Según la ley mosaica, la ceniza de la vaca roja era utilizada para purificar a las personas que habían estado en contacto con un cadáver.
1. Números 19:2
En este versículo se establece el requisito para la vaca roja: «Habla a los hijos de Israel y diles: La vaca roja sin mancha, en la cual no haya defecto y sobre la cual no se haya puesto yugo». Esto indica que la vaca roja debe ser completamente roja, sin manchas ni defectos, y no debe haber sido utilizada para trabajos o labores.
2. Números 19:9
En este pasaje se describe el proceso de purificación utilizando la vaca roja: «Un hombre limpio recogerá la ceniza de la novilla y la depositará fuera del campamento, en un lugar puro, para que se guarde en reserva para la congregación de los hijos de Israel como agua de purificación». Aquí se menciona que las cenizas de la vaca roja se utilizaban como agua de purificación para aquellos que necesitaban ser limpiados de impurezas.
3. Hebreos 9:13-14
En este pasaje del Nuevo Testamento, se hace referencia a la vaca roja como un símbolo del sacrificio de Jesucristo: «Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?». Aquí se establece una comparación entre la purificación mediante la vaca roja en el Antiguo Testamento y la purificación mediante el sacrificio de Jesucristo en el Nuevo Testamento.
4. Números 19:17-18
En estos versículos se describe cómo se utilizaban las cenizas de la vaca roja para la purificación: «Y para el inmundo tomarán de la ceniza de la expiación, y echarán sobre ella agua corriente en un vaso; y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará sobre la tienda, y sobre todos los utensilios, y sobre las personas que allí estuvieren, y sobre el que tocare el hueso de alguno muerto, o sobre un hombre muerto, o sobre un sepulcro». Este pasaje detalla cómo se realizaba el ritual de purificación utilizando las cenizas de la vaca roja, incluyendo el uso de agua corriente y un hisopo para rociar sobre las personas y objetos impuros.