La pregunta acerca de cuándo será el fin del mundo ha sido objeto de interés y especulación a lo largo de la historia. Para los creyentes en la Biblia, este tema tiene una gran importancia ya que en ella se encuentran diversas referencias que hablan sobre el fin de los tiempos. A continuación, exploraremos algunas de estas referencias y analizaremos qué dicen al respecto.
Mateo 24:36
Una de las referencias más conocidas en la Biblia acerca del fin del mundo se encuentra en el libro de Mateo, capítulo 24, versículo 36. En este pasaje, Jesús dice: «Pero del día y la hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre». Esta afirmación indica que el momento exacto del fin del mundo es desconocido incluso para Jesús, y solo Dios tiene ese conocimiento.
2 Pedro 3:10
Otra referencia relevante se encuentra en el libro de 2 Pedro, capítulo 3, versículo 10. Aquí se menciona: «Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas». Este pasaje describe un evento cataclísmico en el cual los cielos y la tierra serán destruidos.
Apocalipsis 21:1
En el libro de Apocalipsis, capítulo 21, versículo 1, se menciona: «Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más». Esta referencia nos habla de la creación de un nuevo cielo y una nueva tierra después de la destrucción del mundo actual.
1 Tesalonicenses 4:16-17
Por último, en el libro de 1 Tesalonicenses, capítulo 4, versículos 16 y 17, se menciona: «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor». Este pasaje habla de la resurrección de los muertos en Cristo y el encuentro con el Señor en el aire.