La Biblia es considerada una fuente de sabiduría y guía para muchos creyentes en todo el mundo. A lo largo de sus diferentes versiones, podemos encontrar numerosas enseñanzas y principios que nos invitan a ayudarnos mutuamente. En este artículo, exploraremos algunos pasajes bíblicos que nos hablan sobre el concepto de ayudarse para recibir ayuda.

1. El mandamiento de amar al prójimo

Uno de los mandamientos más conocidos y relevantes en relación con la ayuda mutua se encuentra en el Nuevo Testamento, en el libro de Mateo 22:39. Jesús dijo: «Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Este pasaje nos insta a amar y cuidar de nuestros semejantes como si nos amáramos a nosotros mismos. Al ayudar a los demás, estamos demostrando nuestro amor y obediencia a Dios.

2. La parábola del buen samaritano

Otro ejemplo poderoso de ayudarse mutuamente se encuentra en la parábola del buen samaritano, narrada en el Evangelio de Lucas 10:25-37. En esta historia, un hombre es asaltado y dejado herido en el camino. Aunque varios religiosos pasan junto a él sin ayudarlo, un samaritano muestra compasión y se detiene para cuidarlo y proveerle ayuda. Esta parábola nos enseña la importancia de brindar asistencia a quienes lo necesitan, sin importar su origen o circunstancias.

3. El principio de siembra y cosecha

En el libro de Gálatas 6:7 encontramos el siguiente principio: «No os engañéis; Dios no puede ser burlado. Pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará». Este pasaje nos recuerda que nuestras acciones tienen consecuencias y que, al ayudar a los demás, también estamos sembrando buenas acciones que eventualmente serán recompensadas. Al ofrecer ayuda desinteresada, estamos creando un ciclo positivo que nos beneficiará a nosotros mismos en el futuro.

4. El llamado a la comunidad cristiana

En el libro de Hebreos 10:24-25, se nos insta a considerar cómo «estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras», y a no abandonar nuestra reunión y comunión. Este pasaje resalta la importancia de la comunidad cristiana y el apoyo mutuo entre los creyentes. Al ayudarnos unos a otros, estamos fortaleciendo nuestra fe y cumpliendo con el propósito de Dios para nosotros como cuerpo de Cristo.

 

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